Lo que se esconde bajo las alfombras

Si vamos a hablar de liderazgo tenemos que hablar de la realidad del día a día. Nos gustaría a tod@s tener empresas ideales y sin embargo los cambios los podemos dar cuando justamente no todo es perfecto.

¿Podemos empezar por reconocer que hay cosas que no funcionan?

Uno de los conflictos muy presentes es que los errores en vez de mostrarse y gestionarse se tapan, se esconden… y se enquistan.

¿Sabes que el banco más antiguo del mundo quebró por un error tapado que creció demasiado?

Ha pasado algo y nadie es responsable. Se cometen errores y no se cuentan.

Éste lejos de ser un problema de los emplead@s es un problema de la cultura empresarial y directiva.

Toda forma de trabajo por absurda o incoherente que parezca es una adaptación natural a un medio, presente o pasado

Levantar alfombras

Hay un prinicipio elemental de supervivencia de las personas: ante una percepción de agresión luchamos, huimos o nos quedamos quietos. En todos los casos se genera una situación de estrés: un estado de activación mayor del que el organismo es capaz de reducir con sus estrategias de afrontamiento.

Necesitamo entender para qué los empleados ocultan los errores

Cuando se genera un error se crea una situación de tensión, depende del manager que esa tensión se convierta en estrés.

Si el manager vuelca la tensión en el empleado, l@s emplead@s van a tardar lo máximo posible a enfrentarse a ella o intentarán que esta situación no suceda.

¿Cómo salimos de ahí?

LA GESTIÓN CONSTRUCTIVA DE LOS ERRORES

1.Reescribir la historia

Lo que ha sucedido no es un error, es un aprendizaje en potencia. Es una semilla que para que crezca necesitamos plantar y regar. La semilla no sirve para nada si no la plantamos.

Parece una nimiez y es el cambio más importante. Si entiendo el error como una amenaza para mi supervivencia (como directivo o líder de equipo) me generará miedo y rechazo.

Si el error lo entiendo como una oportunidad para mejorar en la organización, coordinación, confianza del equipo, proceso de toma de decisiones,… cada error se verá como un diamante en bruto que solo necesita pulirse para poder ser aprovechado. Esa es la esencia del liderazgo.

2. El error es del equipo. ¿Cómo lo hemos generado?

No culpar no significa olvidar, sino todo lo contrario. Hablar con claridad y sinceridad sobre lo ocurrido, sin buscar culpables sino responsabilidades que significa oportunidades de mejora individuales y colectivas. ¿Han fallado los procesos? ¿Ha fallado la transmisión de información? ¿Ha fallado la empatía del equipo? ¿Hemos fallado en motivación?

¿El equipo está preparado para hablar en confianza?

3. Plantar el error

Y ahora llega la parte más importante. Todo error necesita generar cambios en la organización por grandes o pequeños que sean.

4. Evaluar el aprendizaje

Una vez implementados los cambios, esos cambios introducidos ¿han servido en situaciones parecidas? ¿Facilitan la tarea y hacen que seamos más eficaces? ¿Mejoran el liderazgo en la organización? ¿Mejoran la sensación de pertenencia y vinculación?

Somos especialistas en personas. Contáctanos y hablemos sobre tu organización y cómo podemos acompañarte a mejorar en el liderazgo.

humanleadership.net

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