Fitness emocional

Esta combinación de palabras un tanto disruptiva, es muy adecuada para explicar el concepto de aprendizaje emocional como un reto personal. La palabra fitness está relacionada con el esfuerzo, el entrenamiento, la proactividad, el logro y la autoestima.Con este concepto nos referimos a la práctica de la gestión emocional.

Los niños maestros emocionales: pasar del llanto a la risa, al hambre al sueño, con fluidez natural. Photo by Senjuti Kundu on Unsplash

Cuando se habla de gestión emocional en la mayoría de casos se refiere al aspecto psicológico que nos ayuda sobretodo a mejorar la convivencia, reflexionar sobre una situación y tomar conciencia de nuestro comportamiento. Aprender a distinguir cuando se tiene un «subidón” emotivo que peligra salir en forma de expresión descontrolada o un “bajón” que nos paraliza después de una situación personal difícil.

La gestión emocional nos aporta los conceptos, las teorías, las ideas ¿Dónde queda la práctica?

Una vez tomamos consciencia de lo que nos pasa, no siempre nos conformamos con quedar bien y además queremos estar bien. Llegar a casa y no necesitar despotricar de nadie ni culpabilizar a nadie de cómo nos sentimos. Tenemos claro que preferimos relacionarnos con serenidad e intentar mantener la calma en cualquier situación relacional. A veces lo logramos. Resolver el conflicto y mantener la paz interna, es otro cantar. Aquí empieza el “fitness”.

Después de una situación que nos afecta,  notamos una presión en el pecho, un nudo en el estómago o calor en la cabeza. Sentimos que se nos “atraganta” o que “no la digerimos”.

Por mucha teoría emocional que aprendamos necesitamos desarrollar el entreno de las vivencias emocionales igual que entrenamos nuestro cuerpo físico o nuestra mente. Y así evitar somatizar, caer en estrés o ansiedad porque ya reconocemos las situaciones y ya sabemos manejarnos en ellas.

Saivani Saura

Nuestro campo emocional necesita estar en forma, ser flexible, ser sólido.

Tener una respiración adecuada, el sistema nervioso equilibrado, los circuitos energéticos en condiciones. Necesita entrenamiento y mantenimiento. Un buen fitness emocional.

Ante una situación que realmente nos afecta, necesitamos estar entrenados, fit, para evitar quedarnos anclados en una situación que consume nuestra energía e impide estar al cien por cien en lo que nos interesa. Reconocer nuestra parte de responsabilidad en la situación o la manera en que la percibimos. 

Necesitamos tomar actitudes  que requieren además de la comprensión de la situación, asumir e integrar los aprendizajes vitales que nos permitirán continuar con más claridad, energía y pasión en nuestros proyectos. 

Si quieres ayudar a tu equipo o te interesa personalmente entrenarte emocionalmente, contáctanos.

Disponemos de un programa preparado para marcar un cambio en nuestro estado de forma emocional. 

Tomarnos un tiempo para aprender cómo hacerlo es más que una inversión, una necesidad vital. 


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